viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Haz afinado tu coche?

El efecto invernadero, cuando funciona normalmente, mantiene caliente nuestro planeta. Los gases naturales de la atmósfera forman un manto que permite que la luz solar alcance la superficie de la tierra, pero impide que el calor escape. Sin embargo, la vida moderna está afectando este equilibrio por la inmoderada emisión de gases:


Cada año la gente añade más a la atmósfera de 6 mil millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), principalmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petroleo y la destrucción de bosques. El CO2 es responsable del 71% del "efecto invernadero". Otro 21% lo ocacionan los clorofluorocarbonos (CFCs). Éstos tienen muchos usos porque no son tóxicos ni inflamables. Sin embargo, destruyen la capa de ozono. Un sólo átomo de cloro, una vez librado, destruye alrededor de 100,000 moléculas de ozono antes de establecerse en la superficie de la tierra muchos años más tarde. Un 4% de la capa de ozono ya ha sido destruida por los CFCs.


Consumo Ciudadano

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